Acabo de plantar una menta, por ser una planta aromática todos me han dicho que las hormigas no la atacan pero las hormigas mías se ve que andaban mal de la garganta y en una noche se comieron la plantita. Anoche, después de la reunión, anduve en lo oscuro poniéndole veneno, tirándole arroz, quiero acabar con las desgraciadas!!!
Recuerdo que Nora me preguntó de las hormigas y le dije que no había. Ella me miró como incrédula o tipo, vos sabes de Biblia, pero no sabes nada de plantas. Pero yo, en serio, creí que no había… y resulta que cuando uno compra un terreno, aunque no lo especifique la escritura, aparte de la tierra recibe las hormigas. Viene con el terreno. Cuando construimos la casa, yo no le prestaba atención, pero ya estaban. Solo cuando empece a querer a ornamentar con plantas se hicieron evidentes.
Nhm 4:15 Y cuando oyeron nuestros enemigos que lo habíamos entendido, y que Dios había desbaratado el consejo de ellos, nos volvimos todos al muro, cada uno a su tarea. 16 Desde aquel día la mitad de mis siervos trabajaba en la obra, y la otra mitad tenía lanzas, escudos, arcos y corazas; y detrás de ellos estaban los jefes de toda la casa de Judá. 17 Los que edificaban en el muro, los que acarreaban, y los que cargaban, con una mano trabajaban en la obra, y en la otra tenían la espada. 18 Porque los que edificaban, cada uno tenía su espada ceñida a sus lomos, y así edificaban; y el que tocaba la trompeta estaba junto a mí.
Los enemigos al igual que las hormigas siempre están, vienen con el terreno. Pero mientras estás ocupado en vivir tu vida sin importarte tu propósito, no le prestas atención y ellos tampoco parecieran que les molesta mucho tu existencia.
Pero bastó que Nehemías se dedicara, junto con el pueblo, a construir el muro para que salieran, como hormigas, a querer atacar la obra.
Hemos hablado de los villanos de esta pelicula, Sanbalat, Tobías y Geser, el arabe. Estos tres trabajan activamente en contra de Nehemías y su gente. ¿quienes son los tuyos? Puesto que no “tenemos lucha contra carne y sangre” no vale decir mi suegra o mi jefe… (besos para Alba, mi suegra querida) Nuestra lucha, la de cada hombre y mujer que se está enfocando en hacer lo que Dios le ha llamado a hacer, es “contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes.” ¿quienes son tus enemigos?
Hay algunas cosas que aprendo de Nehemías en esta lucha que tenemos:
1. El enemigo no puede detener la obra tu sí. El enemigo no puede detenerte en la construcción, solo buscará que tú la detengas.
“Esta obra no se va a parar, porque viene del poder de Dios.” A lo largo de los años, los periodos de detenimiento, no fueron por el poder del enemigo sino por el temor nuestro. “Las puertas del Hades no prevalecen contra la iglesia.” (Mt 16:18).
“¿Qué haces aquí Elías?” Fue la pregunta de Dios para el profeta, no porque este se hubiera escapado del monitoreo celestial, sino porque el profeta había detenido su trabajo por temor a Jezabel. Tal vez haya alguien que hoy se de cuenta que le dio el gusto al enemigo deteniéndose, que renunció al liderazgo, que se dejó ganar por los celos, que tiro demasiado rápido la toalla, no sé, que detuvo la obra.
2. Cuanto más rápido entendamos y aceptemos que hay una lucha más rápido volveremos a la construcción. No perdamos más el tiempo quejándonos de las hormigas, vinieron con el paquete, acéptalo y ya
Tal vez alguno observe, crea, que no tiene hormigas, pero eso es incorrecto, están ahí y cuando te enfoques en la construcción que Dios te mando a hacer, van a aparecer
3. Estar alertas es parte de tu misión. Nehemías puso la mitad de su gente, a vigilar. Perdió algo de celeridad, pero lo ganó en seguridad. “1 Pe 5:8 Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar”
Pedro dice: “Sed sobrios”, significa “abstenerse de vino”. Una de las cosas que hemos aprendido por la seguridad vial, que el alcohol, relentisa los reflejos, cuanto más alcohol hay en sangre, más lento y torpes son nuestras reacciones. El apóstol dice, cuidado que con perder reflejos, mantente sobrio, no te relajes, estás en guerra.
Más adelante veremos que ellos, los enemigos, buscarán distraer a Nehemías, no dejes que lo hagan contigo.
4. Estar preparados para construir y defendernos. No podemos cada vez que aparece el enemigo hacernos una bolita y ponernos en posición fetal, debemos como la gente de Nehemías tener en una mano la herramienta de trabajo y en la otra una espada. Quiero que notemos que nuestra posición activa es la construcción y la reactiva es la defensa. Nosotros no estamos buscando conflictos, nuestro mayor acto de guerra es predicar el amor de Dios, el perdón de pecados y la transformación que hace Cristo. El diablo cuando hacemos esto, se pone como si le patearas el hormiguero!!!
¿Cuales son nuestras armas?
(2 Co 10:4-6) “… las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas, 5 derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo, 6 y estando prontos para castigar toda desobediencia, cuando vuestra obediencia sea perfecta.”
Si me pides que enumere las armas, yo creo que el arsenal más poderoso es:
- La palabra de Dios, el estudio y aprensión de sus principios.
- La predicación de la palabra. “Calzados los pies con la disposición a predicar.”
- La comunión con los hermanos. Lease bien, no dije la reunión con los amigos, sino la comunión con los hermanos. Cuando compartes una mesa con un hermano no debemos perder de vista la comunión con los hermanos.
- La fe como respuesta a toda circunstancia en la vida.
- La oración como el barbijo de tu vida. Todo lo que entra pasa por ella, todo lo que sale es filtrado por ella.
5. Estate atento a la convocación del pueblo. Nehemías tenía al que tocaba la trompeta al lado, cuando la trompeta sonaba, había que acudir en apoyo de alguien.
No solo se trata de ti, acude a auxiliar al que está siendo atacado.
“Y cuando oyeron nuestros enemigos”, el diablo está oyendo nuestras conversaciones y viendo nuestras acciones… Vamos a mostrarle que no cesaremos en nuestra misión y vamos a obligarlo a esmerarse un poco, no nos vamos a comer el amague, no nos va correr con un cuatro de copa, nosotros vamos a continuar en nuestra tarea…
Señor, Dios de nuestra misión, hoy nos levantamos sabiendo que estamos en guerra, y no te pedimos que el enemigo desaparezca sino que nos des valentía para continuar nuestra labor. Hoy nos armamos con la palabra de Dios, con la disposición predicar, con la comunión unos con otros, con la fe y con la oración, no vamos a detener nuestra labor. Nosotros seguiremos construyendo el reino de Dios. Amén.