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HACIA MI PENTECOSTES
50 días de Renovación Personal
Día 6 - El primer pentecostés (Puertas adentro)
De repente, se oyó un ruido desde el cielo parecido al estruendo de un viento fuerte e impetuoso que llenó la casa donde estaban sentados.
(Hechos 2:2 NTV)
¿Alguna vez experimentaste una de esas corrientes impetuosas? ¿O tal vez una de esas brisas, que por casualidad terminó dentro de tu apartamento?
Puede que al olvidar alguna puerta en el living abierta, y una que otra ventana en el otro extremo de tu hogar, sentimos como el viento otoñal se mete sin permiso a casa; y ahí, totalmente inmutable, ese intruso baila con nuestras cortinas, revolotea nuestros papeles, despeina nuestros mejores peinados y arroja todo lo que no tiene el suficiente peso fuera de nuestro hogar.
Definitivamente, muchas veces, puede ser un intruso indeseable, de esos que traen compañías no invitadas y las acomodan en nuestros sillones. Hojarascas y polvo, le siguen en su majestuoso ritual.
Me sorprende lo gráfica que es la Palabra: "Un viento fuerte e impetuoso". Eso significa, entre otras cosas, que no pide permiso. Cuando Dios envía de su viento tenés que estar listo para sujetarte, porque todo lo que no tenga el suficiente peso, se va a ir por la ventana.
Debo preguntarme, ¿qué cosas deberé dejar ir para que el viento de Dios pueda merodear mi hogar? ¿Qué cosas no tienen el peso, ni la importancia necesaria para quedarse en mi vida?
No puedo evitar pensar en lo que Jesús le dijo al Joven Rico: "Una cosa te falta". Jesús le dijo que aún hay algunas cosas que deben ser barridas de su vida, para que pueda ser anfitrión de lo que Él quiere darle. Y el joven, dice la palabra, que se fue triste. Evidentemente había cosas en su vida que impedían que sea lleno de su Espíritu. Y no estaba dispuesto a dejarlas atrás.
Hoy Dios, mi corazón es una casa abierta a tu voluntad, para que me llenes. Las puertas y las ventanas de mi corazón están abiertas de par en par para que vos lo inundes, y lo conmuevas. Que todo lo que no te agrade se vaya de mí, sólo quiero tu Espíritu y condiciono mi vida a ser de tu agrado. Mi corazón es tu casa señor, derrúmbala y edifícala, moldéala en tus manos de amor y habítame para siempre. Amén.
Podcast : https://open.spotify.com/episode/799AEJkh67niU8glk3EOsb
Video : https://www.youtube.com/watch?v=PdHycH9TCQQ
