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HACIA MI PENTECOSTES

50 días de Renovación Personal

Día 7 - El primer pentecostés (Puertas adentro)

Luego, algo parecido a unas llamas o lenguas de fuego aparecieron y se posaron sobre cada uno de ellos.

(Hechos 2:3 NTV)

Puede ser algo imperceptible, pero hace la diferencia. 

En este preciso momento de la historia, miles de personas se están dirigiendo en una enorme estampida humana hacia el lugar donde los discípulos se encuentran. El motivo es simple: un enorme estruendo está llamando a las multitudes a ese exacto y mismo punto geográfico. 

Los discípulos no lo saben aún, pero hay algo que está ardiendo en ellos, algo que se ha activado, que hace que las multitudes se reúnan a ver lo que tienen. 

Y es exactamente el mismo efecto que Jesús tenía en la gente, quienes se sorprendían de su manera de hablar, de su autoridad. En contraposición con los escribas, que sólo recitaban la ley.

Hay una diferencia abismal entre ser un autómata del evangelio y ser el evangelio mismo hecho carne. A simple vista la diferencia puede ser tan imperceptible como una pequeña llama de fuego, pero ese pequeño detalle lo cambia todo. 

Cuando el fuego de Dios viene a tu vida, dejas de ser un evangélico y te convertís en evangelio. Puede parecer una diferencia ínfima, pero en el fondo, esa diferencia lo cambia todo. 

Anímate a ser alguien encendido, porque la gente responde a la pasión, la gente responde al entusiasmo, las multitudes están buscando un evangelio genuino y se abalanzan sobre aquello que es original. Y la diferencia, la diferencia esta en una pequeña e imperceptible chispa de fuego que arde insaciablemente en nuestros corazones.

Estás diseñado para ser testimonio, el testimonio era una especie de antorcha, que se llevaba en las competencias olímpicas. Si un testimonio carecía de fuego, el testimonio entero no servía para nada. Asimismo, cuando nuestro testimonio pierde su fuego, no vale de nada. Sólo es una cáscara, que carece de valor.

Que el fuego de tu antorcha jamás se apague.

Padre y Dios, que tu fuego arda en mi. Y que en mi, el mundo vea tu fuego arder. Quiero ser testimonio ardiente, cada día de mi vida. Quiero ser evangelio hecho carne y que multitudes de personas vengan a ver, no a la persona que soy, sino al divino fuego que arde en mi corazón. Y que al acercarse a mí, el corazón de ellos sea encendido para testimonio de Cristo. Amén

Podcast :  https://open.spotify.com/episode/0oADypiwWuyg8Vk9TR4ucc

Video : https://www.youtube.com/watch?v=k735n2Yf_s8