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HACIA MI PENTECOSTES
50 días de Renovación Personal
Día 8 - El Primer Pentecostés (Puertas Afueras)
Y todos los presentes fueron llenos del Espíritu Santo y comenzaron a hablar en otros idiomas,
conforme el Espíritu Santo les daba esa capacidad.
(Hechos 2:4 NTV)
Hay una acción y una consecuencia. Todo tiene una acción y una consecuencia.
Primero vemos como el Espíritu viene de cielo. Pero no se termina en esa sola acción. Esa acción sería insignificante si no fuera por lo que le sigue: una explosión idiomática y verborragia, que lleva a las masas a los pies de Cristo.
Es interesante pensar que el derramamiento que estoy buscando para mi vida no me pertenece a mí, porque no termina en mí. Yo no soy el fin, ni el motivo por el cual Dios se derrama. El motivo del derramamiento es la gente.
Dios se derrama, sobre su pueblo e inmediatamente después, el Espíritu hace algo impensable, increíble, digno de ser documentado en la historia: Rompe todas las Barreras que Dividen a la gente. Y los hace uno.
Los idiomas, la lingüística separan a las personas e impiden que puedan ponerse de acuerdo, las aíslan, las enfrascan y les imposibilita conectarse. Así fue como Babel nunca término de ser construida. Pero aquí, se produce exactamente lo contrario.
Aquí estamos nosotros: partos, medos, elamitas, gente de Mesopotamia, Judea, Capadocia,
Ponto, de la provincia de Asia, de Frigia, Panfilia, Egipto y de las áreas de Libia alrededor de Cirene,
visitantes de Roma (tanto judíos como convertidos al judaísmo), cretenses y árabes.
¡Y todos oímos a esta gente hablar en nuestro propio idioma acerca de las cosas maravillosas que Dios ha hecho!».
(Hechos 9-11 NTV)
Como consecuencia del Espíritu Santo, la gente se une, la gente se hace una y las barreras desaparecen. Eso es lo que Cristo vio en los discípulos: el mismo idioma. Eso es lo que Cristo quiso instaurar entre los hombres: un mismo hablar. Algo llamado unidad. Algo llamado iglesia.
Porque eso es la iglesia, gente que habla un mismo idioma, que se identifican con el otro a pesar de que provienen de regiones, trasfondos y pensamientos totalmente extrapolados. Aquello que los separaba, dejó de ser importante. Las diferencias se volvieron insignificantes. Y ellos se volvieron uno sólo.
Oro por tu vida en este día, pidiendo y clamando por una bendición especial sobre tu vida: que tengas iglesia.
Señor déjame tener un mismo sentir, déjame tener un mismo idioma, quiero que las barreras que me separan de tu iglesia desaparezcan y se esfumen. Quiero ser uno con tu pueblo, uno contigo. En el nombre de Jesús oramos y decimos Amén.
Podcast : https://open.spotify.com/episode/4DLYnHfQeYMn7n2vDBpxO7
