HACIA MI PENTECOSTES
50 días de Renovación Personal
Día 32 - Trayendo un Derramamiento (Clamor)
Seguramente lo que Dios quiere derramar sobre nosotros es algo extraordinario y maravilloso, pero en este precioso texto de Jeremías, nuestro Padre nos habla no de cualquier tipo de oración sino de una manera específica: el clamor.
Según la real academia española, clamor es: “Grito o voz que se profiere con vigor y esfuerzo” o también en otra acepción: “Voz lastimosa que indica aflicción o pasión de ánimo”. Teniendo en cuenta estas definiciones, me pregunto y sería bueno preguntarnos, si mi anhelo por lo que Dios quiere derramar hace que mi oración sea con vigor y esfuerzo o si estoy tan afligido por lo que todavía no he recibido que hace que mi oración sea débil y sin fe. Hemos oído tantas veces que si queremos que algo cambie en nosotros no podemos seguir haciendo las mismas cosas, esto se aplica también a nuestra oración.
Cuando Bartimeo estaba sentado al costado del camino, utilizó el clamor como forma de alcanzar lo que necesitaba, no hizo caso a la crítica ni a las voces del desánimo y clamó, clamó, clamó hasta ser oído. Cuando Jesús estaba en la cruz y al no experimentar la presencia del Padre, que le había acompañado toda su vida, clamó con desesperación.
Necesitamos imperiosamente pasar al nivel de clamor en nuestra oración, ya no basta con la oración aprendida, Dios quiere ver nuestra desesperación por ver las cosas grandes y ocultas que no conocemos.
Lo maravilloso de todo esto es que Dios está dispuesto, es su palabra, su promesa, simplemente debemos entender que ahora la pelota está en nuestro campo.
“Señor ayúdanos a cambiar nuestra oración, ya no queremos mas orar mecánicamente, queremos que nuestro clamor llegue a tu presencia y te provoque a enseñarnos eso que tienes para nosotros. ¡Oh Papá, estamos desesperados!
Video : https://youtu.be/mN5Wlebuu6M