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Estamos hablando de la orden de Dios en Zacarías para los prisioneros de esperanzas y allí hay en segundo lugar una orden:

Volverse a la fortaleza.

La promesa que te mantiene prisionero es la fortaleza que te protege de los ataques del enemigo.

• El joven que por esperar una mujer de Dios y se encierra en esa promesa de un hogar de bendición, se mantiene a salvo de la oleada de degradación que avanza sobre su generación.

• El enfermo que confía en la sanidad divina y se mantiene en ese poder, está blindado a las palabras de los diagnósticos fatalistas y a los síntomas incomodos que lo debilitan.

• El oprimido que ha caído miserablemente, pero se arrepiente y confía que Dios le dará la victoria prometida ante las voces que le dicen que no cambiará nunca.

El llamado de Dios a sus hombres y mujeres esperanzados es vuelvan a su fortaleza. La fortaleza no es el lugar donde el enemigo te tiene cautivo, sino es el lugar donde Dios te tiene a salvo.

El enemigo, en Zacarías, tiene al pueblo de Dios en una cisterna sin agua, pero como ellos tienen una promesa, una esperanza… aún en la noche oscura están en una fortaleza.

• Estaba en una fortaleza Pablo y Silas, aún cuando estaban en una prisión encadenados.

• Estaba en una fortaleza David, aún cuando Saúl lo perseguía para matarlo.

• Estaba en una fortaleza Abraham, aún cuando los años pasaban sin descendencia.

Dios dice: Volveos a la fortaleza. Abrázate a lo que creíste.

Ro 13:11 En todo esto tengan en cuenta el tiempo en que vivimos, y sepan que ya es hora de despertarnos del sueño. Porque nuestra salvación está más cerca ahora que al principio, cuando creímos en el mensaje.

En este tiempo Dios te dice: Abrázate a las promesas, esta es tu seguridad, la de ser un empecinado creyente. Es en la fortaleza el lugar donde te alcanzará el anuncio. Vuélvete a la fortaleza prisionero de esperanza!!! Mi fortaleza es que yo este cautivo de una esperanza!

Hoy abrazo por la fe lo que me dijiste, tu promesa es mi lugar de refugio. Amén.