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2011 – Palabra Profética. (Redención – Tiempo de Nuevas Oportunidades)

El segundo aspecto de la Redención:

2.- Precio. Redención es la liberación de algún mal mediante un precio. La liberación exige un precio que pagar. Para  que Rut fuera redimida debía presentarse alguien que estuviera dispuesto a pagar el precio. 

En hebreo la palabra Redentor es la palabra Go`el y es el pariente cercano que está dispuesto a pagar el precio para que alguien salga de la esclavitud, sea libre de las deudas o sea levantado de la postración. No solamente tiene que ser cercano, sino tiene que estar dispuesto a pagar el precio. Quiero que note que en la historia de Rut hay dos posibles Redentores, uno cuyo nombre no sabemos al que la escritura lo denomina fulano y otro Booz. 

El primero no está dispuesto a pagar el precio y aceptar la implicancia de la redención…, su heredad, según dice el, se va a dañar. El que redimiera tendría la propiedad pero debería casarse con Rut. El que se casara con Rut, el primer hijo que engendrara no sería suyo, sino del marido muerto de Rut. Eso es Redención, pagar el precio por la libertad de alguien y no hacerlo por motivos egoístas. Este fulano no pudo pagar el precio.

El segundo, Booz por el contrario está dispuesto a pagar lo que hay que pagar, hacer lo que sea necesario para que Rut sea redimida. 

Hay un precio que pagar por la redención. En lo que se refiere a tu vida, Cristo es nuestro pariente cercano, ese que se hizo hombre por amor a nosotros, ese que no se avergüenza de llamarnos hermanos. El ha pagado el precio necesario para que no seas esclavo de nada, es más, es un insulto a su pago que usted y yo sigamos atados a cosas de las que El nos ha hecho libre. 

Sin embargo, conozco gente que no está dispuesta a pagar el precio que implica redimir su situación. Si usted quiere redimir su economía y poner un negocio usted deberá trabajar más que cuando era empleado. Conozco gente que quiere independizarse y entonces renuncia a su trabajo y se larga… sin saber que en un negocio se necesitará por lo menos 6 meses sino más para ver una ganancia. 

Usted va a conocer gente en su vida que alguna vez estuvo a un paso de ser feliz, de ser Pastor, de ser rico, de obtener libertad, de obtener una familia pero porque no estuvo dispuesto a pagar el precio se quedo sin nada. 

Hay un precio que se tiene que pagar y si usted no lo paga nunca va a salir de la esclavitud. Algunos me dicen yo lo intenté y no funcionó… usted no es dueño de un auto porque haya pagado la primera cuota, hasta que no pague la ultima no se le cancela la prenda. Entienda esto… pagaste la primera cuota y si no sigues pagando vas a quedar más endeudado que antes. Porque dice la palabra que:

 (2Pe 2:20)…  si habiéndose ellos escapado de las contaminaciones del mundo,  por el conocimiento del Señor y Salvador Jesucristo,  enredándose otra vez en ellas son vencidos,  su postrer estado viene a ser peor que el primero. 21  Porque mejor les hubiera sido no haber conocido el camino de la justicia,  que después de haberlo conocido,  volverse atrás del santo mandamiento que les fue dado. 22  Pero les ha acontecido lo del verdadero proverbio: El perro vuelve a su vómito,  y la puerca lavada a revolcarse en el cieno.

Hay gente que se enoja cuando le hablo en estos términos pero quiero decirle que usted no necesita un liderazgo que le sobe el lomo, como el de Aarón, porque ese tipo de liderazgo le hará un becerro de oro, usted necesita uno que sea capaz de romper las tablas al pie del monte y agarrar sus becerros de oro, hacerlos polvo, mezclarlo con agua y obligarlo a que lo tome para que no vuelva a caer en semejante desobediencia. 

Jesús animó a que calculemos antes de emprender algo: Hay un precio que pagar por todo aquello que necesita ser liberado… Quieres formar una familia… hay un precio que pagar. Quieres recibirte… hay un precio que pagar. Quieres abrir una obra… hay un precio que pagar. Quieres ser libre de ese vicio… hay un precio que pagar. Pagar un precio es compromiso… usted paga por lo que cree que vale la pena. 

Hoy es un día para resolver pagar el precio que haya que pagar para alcanzar aquello que Dios programó para nuestras vidas. Asume el costo… hay un mejor futuro!!!