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Me tomó a un costado y me espetó su observación, tal vez era la apreciación de sus hijos, pero su manera fue tan categórica que pensé que había hecho una votación y el resultado fue un lapidario: “A vos los jóvenes no te quieren”. 

Yo escuché hasta ahí, no recuerdo que más dijo… guarde la compostura pero desde San Lorenzo a Rosario manejé llorando… hablando con Dios y diciéndole que no me sentía apto para la labor. Comienzos de ministerio, inseguridad en mi persona, pero brutalidad dialéctica en la boca de mi interlocutor. 

“Hay hombres cuyas palabras son como golpes de espada; Mas la lengua de los sabios es medicina.” Proverbios‬ ‭12:18‬ ‭

Que poder hay en las palabras!!! Cuando decimos palabras duras son como golpes de espada, pero cuando hablamos con palabras de bendición son como medicina.

Nosotros los hombres debemos cuidarnos, porque estamos acostumbrados a hablar con rudeza entre pares, pero a veces, cuando hablamos a nuestras mujeres, no cambiamos el chip y seguimos en modo “bestia” y por ahí herimos. 

También en nombre de la verdad muchas veces no nos esforzamos en buscar la manera de decir las cosas y la soltamos así como la sentimos y aprendí hace tiempo que verdad sin amor es crueldad. Tenía un conocido que se ufanaba de hablar verdad pero siempre el resultado era el mismo gente ofendida, personas maltrechas… 

Pablo aconsejaba:

Ef 4:29 Ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca, sino la que sea buena para la necesaria edificación, a fin de dar gracia a los oyentes.

Hay palabras que están podridas, en esta categoría no solo entran las palabras vulgares, también entran las palabras que dañan… nuestra función siempre debería ser traer gracia, bendición a los que nos oyen. Cuando solo hablamos lo que edifica… no estamos tirándole piedras a los demás… estamos ayudándoles a construir áreas de su vida y ellos están agradecidos de nuestra colaboración. 

El sabio Salomón declara anteriormente en el mismo capitulo: 

“El hombre será saciado de bien del fruto de su boca... ” Proverbios‬ ‭12:14‬ a ‭RVR1960‬‬

Hay una recompensa que recibimos de aquello que hablamos, por lo tanto, cuanto nos conviene hablar bien!!!

Si hemos de comer del fruto de nuestra boca nos conviene q las palabras q salen de nuestra boca sean sabias, dulces, compasivas, constructivas, honrosas, delicadas...

Hoy aprendamos el hábito de sanar y no lastimar con nuestra boca... q dejemos a nuestro paso gente bendecida, no gente moribunda.

Señor quiero ser capaz de hablar de la manera en que tu hablas… cuando vos me hablas muchas veces me dices cosas duras, pero tu amor es tan grande que siempre termino conmovido