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Pv 27:7 El hombre saciado desprecia el panal de miel;

Pero al hambriento todo lo amargo es dulce.

 

Que tremenda esta actitud que tenemos los hombres!!! 

Ese niño que tiene “sed de coca cola” es la mejor señal que nos hemos convertido en una sociedad epicúrea. El hecho de tener lo suficiente ha hecho que despreciemos lo bueno, no nos satisface lo básico, necesitamos algo “gourmet” que nos provoque el apetito. La sencillez ha dado paso a un paladar sofisticado y hemos perdido el sabor por lo simple. 

Eso no solo es verdad en las comidas, también es en la vida. Necesitamos montañas rusas que nos den una cuota de adrenalina para sacarnos de la abulia que produce la rutina. Es por eso que un rico roba algo irrisorio, por lo que un casado se enreda en una aventura extramatrimonial y un conductor acelera más allá de lo permitido… Son todas apuestas de gente saciada e insatisfecha. 

Por el otro lado, según Salomón, está el hambriento. Aquel que daría lo que no tiene por tener aquello que otros desprecian. Quien tuviera los recursos, el hogar, el auto, la casa de aquel… Mucha gente sería feliz si le dieran el diez porciento de aquello que otros desprecian en su totalidad. 

El apóstol Pablo decía: 

 

 1 Timoteo 6:6 Pero gran ganancia es la piedad acompañada de contentamiento; 7 porque nada hemos traído a este mundo, y sin duda nada podremos sacar. 8 Así que, teniendo sustento y abrigo, estemos contentos con esto.

 

Hay un valor que se llama contentamiento, que es la capacidad de estar feliz con lo que tengo, darle el valor adecuado a lo que recibo, vivir agradecido por lo asignado. Esto no es una pastilla en contra del progreso sino que es un seguro en contra de la insatisfacción crónica. Despreciar lo bueno por el hecho de estar satisfecho es un acto de necedad supremo. 

¿Hay algo que no estoy valorando en su justa medida? ¿Sabe que hoy muchísima gente elevará oraciones para recibir salud, pero millones la disfrutaremos sin agradecerla y sin valorarla? Lo mismo pasa con los matrimonios, los hijos, el trabajo… Alguien hoy trabajara de mala gana en un trabajo por el cual alguien rogará hacer por menos. Vuelvo a repetir esto no es un llamado al conformismo… solo a estar contento con lo que tengo. Mi vida económica puede mejorar, mi casa puede progresar, mi matrimonio puede subir de nivel pero en el mientras tanto agradezco y disfruto lo que tengo.

Esopo tiene una fabula:

 

 “Vadeaba un perro un río llevando en su hocico un sabroso pedazo de carne. Vio su propio reflejo en el agua del río y creyó que aquel reflejo era en realidad otro perro que llevaba un trozo de carne mayor que el suyo.

Y deseando adueñarse del pedazo ajeno, soltó el suyo para arrebatar el trozo a su supuesto compadre.

Pero el resultado fue que se quedó sin el propio y sin el ajeno: éste porque no existía, sólo era un reflejo, y el otro, el verdadero, porque se lo llevó la corriente.”

 

Eso le pasa a los satisfechos que desprecian el panal de miel…  Dios nos libre!!!

 

Ayúdame a estar contento con lo que tengo, agradecido por lo recibido y desafiado para bendición!!!

Pr. Daniel Cattaneo

Pr Daniel Cattaneo

 Soy Daniel Cattaneo, Pastor principal de Iglesia Redentor, Apóstol, Conferencista Internacional. Te invito a mi blog para que puedas ser bendecido con la palabra de Dios, por medio de los devocionales que comparto. Dios te bendice!

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