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Una oración recibe recompensa cuando tiene una respuesta. En un tiempo de recompensa, deberé por tanto examinar como elevar oraciones para que sean recompensadas.

 

Hay una parábola que Jesús dio acerca de una viuda y un juez. La parábola tiene una finalidad pero hay algunos factores que creo necesario considerar para que nuestra oración alcance respuesta. 

 

También les refirió Jesús una parábola sobre la necesidad de orar siempre, y no desmayar, 2  diciendo: Había en una ciudad un juez, que ni temía a Dios, ni respetaba a hombre. 3  Había también en aquella ciudad una viuda, la cual venía a él, diciendo: Hazme justicia de mi adversario. 4  Y él no quiso por algún tiempo; pero después de esto dijo dentro de sí: Aunque ni temo a Dios, ni tengo respeto a hombre, 5  sin embargo, porque esta viuda me es molesta, le haré justicia, no sea que viniendo de continuo, me agote la paciencia. 6  Y dijo el Señor: Oíd lo que dijo el juez injusto. 7  ¿Y acaso Dios no hará justicia a sus escogidos, que claman a él día y noche? ¿Se tardará en responderles? 8  Os digo que pronto les hará justicia. Pero cuando venga el Hijo del Hombre, ¿hallará fe en la tierra? 

 

Jesús comparo al que ora con una viuda ¿Por qué? Porque en tiempo bíblicos las viudas no tenían ningún tipo de sostén, habiendo perdido al hombre de la casa una viuda estaba desprotegida y desvalida, solamente le quedaban la mendicidad o la prostitución como medio de sostén. ¿Qué me enseña esto? Que para orar necesito depender exclusivamente de la misericordia del Juez de los cielos. Debo estar desahuciado de cualquier auxilio del hombre. Debería desarrollar esta desesperación siempre cuando oro. Salmo 121: 1-8.

Alguno dirá: Estoy de acuerdo. Pero vivimos pendientes de lo que haga otro por mí. ¿No sería mejor estar pendiente de Dios? Dios me enseño que: El hombre no le pide al hombre, le pide a Dios. Yo voy a un hombre con una orden de Dios y cuando esa orden viene de Dios, ay del hombre que no escucha a Dios. 

 

Jesús habló de la necesidad de mantener el pedido en el tiempo. La finalidad de la que hablamos es acerca de la necesidad de orar siempre y no desmayar. Deberíamos definir aquellos motivos que debemos mantener en el tiempo delante de Dios. A menudo oramos por temporada. Cuando las cosas están mal en casa oramos por paz en el hogar, pero si el conflicto persiste como que nos cansamos de orar y decimos: ma, si… estos nos cambian mas. Igualmente muchas veces vemos pequeños cambios y desistimos a continuar orando. Ud y yo debemos entender que el diablo no puede sostener periodos largos de lucha en oración. En la Biblia hay un hombre de Dios, Daniel, que mantuvo su oración por 21 días hasta obtener respuesta. Debemos orar hasta que obtengamos respuesta. No alguna respuesta, sino una respuesta del cielo… no queremos orar por lluvia y obtener fuego, agradecemos el fuego, pero si Dios prometió lluvia oramos por lluvia. 

 

Jesús habló de que tenemos un adversario que si no oramos impedirá lo que es justo sobre nosotros. Quiero definir que si usted ha sido justificado con la sangre de Cristo a usted le corresponde lo que es justo. Es justo que usted tenga una vida de paz y de gozo. Es justo que usted tenga provisión. Es justo que usted tenga salud. Es justo que usted viva en victoria. Es justo que su familia sea salva. Es justo que cumpla su propósito. Es justo que sea feliz. Es justo. 

Y si esto es justo no podemos resignarnos a vivir vidas signadas por la injusticia. En el pasaje de Daniel el ángel le explicó al profeta al término de los 21 días acerca de esto: 

Dan 10:12  Entonces me dijo: Daniel, no temas; porque desde el primer día que dispusiste tu corazón a entender y a humillarte en la presencia de tu Dios, fueron oídas tus palabras; y a causa de tus palabras yo he venido. Dan 10:13  Mas el príncipe del reino de Persia se me opuso durante veintiún días; pero he aquí Miguel,(B) uno de los principales príncipes, vino para ayudarme, y quedé allí con los reyes de Persia. 

Si Daniel se hubiera detenido, lo que hubiera obtenido hubiera sido injusto, pero no hubiera recibido justicia por su ignorancia de la batalla espiritual que se estaba desarrollando. 

 

Señor, hoy venimos en busca de nuestra recompensa, creemos que eres un Dios bueno, sorpréndenos con un milagro. Llena nuestra barca, en el nombre de Jesús, Amén.

Pr. Daniel Cattaneo

Pr Daniel Cattaneo

 Soy Daniel Cattaneo, Pastor principal de Iglesia Redentor, Apóstol, Conferencista Internacional. Te invito a mi blog para que puedas ser bendecido con la palabra de Dios, por medio de los devocionales que comparto. Dios te bendice!

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