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Dia de reconexión 2393 - Hoy llega la Chichi!!!

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Hoy llega la “Chichi”. Así la llamo cariñosamente a Francesca, mi nieta. Hace 27 días que no la veo, parece una eternidad y aunque disponemos de herramientas tecnológicas como una video conferencia, un videíto de sus últimos avances, no es lo mismo. La ultima vez que hablamos por WhatsUp ella se puso muy nerviosa, no entiende como los nonos están ahí, pero ella no puede agarrarlos, y ante eso le pedimos a Ezequiel y a Débora que corten la llamada, no queremos que llore. Pero hoy llega y aunque todavía no son las 06:00 de la mañana, ya me levanté, no pude dormir bien, estaba pensando que estaban de viaje y oraba para que Dios cuidara el vuelo. Ayer cuando Damaris volvió de predicar, nos encontramos en casa que recién habíamos llegado de un congreso y nos dijo: Mañana voy con ustedes a esperarlos… Yo le dije que no hacía falta, pero ella me miró como diciéndome que ella tiene el mismo síndrome de abstinencia que tenemos todos. Mi cuñada, que nos fue a buscar al aeropuerto, nos dijo que también iba a pasar a vernos mañana, porque hoy… hoy viene la Chichi!!!

 

Apenas me levante, lleno de expectación, el Espíritu Santo me trajo a la mente el pasaje donde Pablo le dice a su hijo espiritual Timoteo: 

 

2 Tim 4:8 Por lo demás, me está guardada la corona de justicia, la cual me dará el Señor, juez justo, en aquel día; y no solo a mí, sino también a todos los que aman su venida.

 

Pablo se refiere a los creyentes como aquellos que “amamos su venida”. Ni bien el versículo vino a mi mente, no pude menos de darme cuenta que no siento lo mismo entre “esta venida” y “aquella venida”. Por alguna razón estoy lleno de ansiedad por la venida de mi nieta y no es lo mismo con la de mi Señor. Hay una expectación que se ha diluido… es necesario que recobre esas ganas de verlo cara a cara, ese anhelo que te hace marcar ese día como feriado en tu almanaque… (que la ocupación que me requiera, me encuentre, pero yo no voy a buscar nada que me distraiga) Esa agitación que hace que las horas se estiren por más que duren el mismo tiempo que cualquier otra, ese sentimiento es al que Pablo apela para decir “los que aman su venida”. 

No es falta de amor, al menos en mi caso, pero de alguna manera la espera no es tan angustiante, como que se que vendrá, pero no hay esa expectación y eso es de cuidado… porque puede ser que cuando El venga, yo no lo esté esperando… que de pronto este muy ocupado en adorarlo, servirlo, predicarlo y de pronto no lo esté esperando. 

La primera vez que llegamos a Canarias, fuimos como invitados a predicar y el pastor que nos tenía que recibir llegó una hora tarde… Imagínese, ahí estábamos con Patry, en el aeropuerto, inexpertos, con 20 años menos, con dos niños chiquitos, sin los medios de comunicación que hoy disponemos, en un lugar que no conocíamos y la desesperación de que nadie nos había venido a buscar…

Es horrible que nadie te espere… eso le pasó a los religiosos del primer siglo, cuando Jesús vino, ello no lo estaban esperando!!!! Hacía rato que no “amaban su venida.” 

Se me ocurre que hay algunas cosas que debo hacer para reavivar ese amor…

a- Pedir perdón… el arrepentimiento siempre es el primer paso cuando hemos hecho algo que ofende a Dios. 

b- Hablar con El y de El, con la ansiedad de verlo. Aumentar nuestra pasión por El. Quiero verlo, quiero superar el pedido de necesidad y que El se me vuelva mi necesidad.

c- Empezar a orar como lo hiciera el discípulo amado. Cuando el apocalipsis se cierra ahí en el párrafo final, hay una oración por demás de significativa: Ap 22:20 “El que da testimonio de estas cosas dice: Ciertamente vengo en breve. Amén; sí, ven, Señor Jesús.” Es como que Juan dijera: Si, Si, Si, Ven Señor Jesús!!! Creo que debo a volver a orar esto…

d- Marcar como feriado el resto de mi vida… porque puede venir hoy, o mañana, o pasado… El día y la hora no lo sé… pero El viene en las nubes…

 

Bueno, me voy a recibir a mi nieta, pero antes quiero orar…

 

Señor, perdóname porque aunque no me he alejado de vos, hay veces que me olvido que estás viniendo y dejo de esperarte, es como que me resigno que iré a tu encuentro, antes que vos vengas al mío. Eso no está bien, eso habla de que he perdido intensidad en mi pasión… Ven Señor, Ven… interviene como prometiste en toda esta historia tan tediosa, que solamente se vuelve vital cuando tenemos conciencia que puede ser hoy el día de tu regreso. Déjame vivir con las cuentas cortas, porque tal vez, mientras estoy esperando a Fran, te adelantes y vengas Tu a buscarnos a ambos. Te amo, Vuelve pronto, te espero, Señor Jesús.

Pr. Daniel Cattaneo

Pr Daniel Cattaneo

 Soy Daniel Cattaneo, Pastor principal de Iglesia Redentor, Apóstol, Conferencista Internacional. Te invito a mi blog para que puedas ser bendecido con la palabra de Dios, por medio de los devocionales que comparto. Dios te bendice!

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