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Hay un refrán que reza: “En casa de herrero, cuchillo de palo”. Así, se interpreta que en la casa de un herrero debería ser, precisamente, el lugar donde los utensilios e instrumentos deberían ser labrados en hierro. De allí que el refrán señale la paradoja de algunas situaciones de la vida: un chef que nunca cocina en casa, el automóvil descompuesto de un mecánico o los dientes descuidados de los hijos de un odontólogo.

Jn 2:4 Y Jesús le dijo: Mujer, ¿qué nos va a ti y a mí en esto ? Todavía no ha llegado mi hora.

Esta historia es particularmente interesante, no solo porque es el primer milagro de Jesús, sino porque evidencia que es el primer milagro registrado.  ¿Por qué María va a decirle lo que dijo sino fuera que hay una serie de situaciones domesticas que la convencieron que su hijo era “especial”?

Durante años se ha especulado con esto y ha arrojado como resultado un cumulo de relatos fantasiosos de eventos de los primeros treinta años de su vida… deliberadamente los evangelistas callaron por el Espíritu Santo esos relatos reservados a la discreción de la vida privada de Jesús.

Los evangelistas solo se enfocaron en la vida publica del Mesías, pero queda este pasaje como constancia que había una vida privada y que María conocía que Jesús operaba milagros. Jesús le contesta a su madre que no es necesario entremeterse en problemas ajenos, que no es su problema que se hayan quedado sin vino, que no es la muerte de nadie que se acabe el malbec… (Si, claro…) pero María como buena madre, apura la manifestación publica de su hijo y la conversión del agua en vino se convierte en el primer milagro publico de Jesús.

Mi vida privada tiene que ser la base de mi ministerio publico. No puedo hablar o guiar a pasos de fe sino los doy en el área privada. Debo ganar las batallas intimas para poder liderar las batallas publicas contra la maldad. Debo ministrar a mi casa para poder ministrar las casas de otros. Sino alguien con razón podrá usar aquel refrán que dice: “En casa de herrero cuchillo de palo”.

No sé la frecuencia, ni se la magnitud de los milagros de Jesús en su vida privada pero la actitud de María habla de que sabe que su hijo por la fe gestiona situaciones interesantes. ¿Habrá orado por su madre y la habrá sanado? ¿Habrá multiplicado el pan de un necesitado? Lo que ha hecho es tan intimo que la comunidad de Nazareth no se dio cuenta, pero su madre, sí, ella sabía que Jesús vivía privadamente de la manera que luego lo conoceríamos en la vida publica.

Temprano en la vida de la iglesia se exigió esto de los miembros de la comunidad, a los lideres se les exige:

1 Tim 3:4 que gobierne bien su casa, que tenga a sus hijos en sujeción con toda honestidad 5 (pues el que no sabe gobernar su propia casa, ¿cómo cuidará de la iglesia de Dios?);

1 Tim 5:3 Reconoce debidamente a las viudas que de veras están desamparadas. 4 Pero, si una viuda tiene hijos o nietos, que estos aprendan primero a cumplir sus obligaciones con su propia familia y correspondan así a sus padres y abuelos, porque eso agrada a Dios. … 8 El que no provee para los suyos, y sobre todo para los de su propia casa, ha negado la fe y es peor que un incrédulo.

Hoy es un día para reflexionar que debo vivir en lo privado lo que anhelo manifestar en lo publico. Vivimos en una sociedad que ha divorciado lo privado de lo publico… no debería ser así. Jesús era alguien que empezó viviendo lo que creía en su casa, experimentó en ella el rechazo (sus hermanos no creían en Él) y también experimentó en ella el apoyo (su madre le apuró el ministerio publico)…

Que mi hogar, que mi vida privada revele la solvencia del evangelio que predico.

Señor, ayúdame a orar en casa como en el púlpito, a buscar tu rostro en la intimidad como en el culto, a ser santo en mi casa, a ser amoroso en mi matrimonio, a ser comprensivo en mi mesa, a ser servidor en las situaciones domesticas, no permitas que haya un divorcio entre mi vida publica y privada. Amén.