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Dia de reconexión 2403 - Roncando con Dios

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"Y he aquí que se levantó en el mar una tempestad tan grande que las olas cubrían la barca; pero él dormía." Mateo 8:24

Algunos estudiosos afirman que yo no duermo, me desmayo. Han llegado a esa conclusión después de años de observación y han concluido que ningún mortal puede desconectarse de la manera en que yo lo hago, puede pasar un terremoto pero yo duermo plácidamente. Fuera de bromas, tengo el sueño profundo pero creo que Jesús me gana. La tormenta en la que se encuentran los discípulos es formidable… ellos son pescadores, no se asustan con facilidad, la mayoría ha sido criado a las orillas del mar de galilea, han visto tormentas, pero esta es una tormenta distinta, es una tempestad como sabemos de origen espiritual y allí tenemos al diablo moviendo la cola y provocando la tormenta perfecta. Movimientos bruscos, zamarreo, viento, agua salpicando, gritos de miedo, subidas y bajadas, golpes por los sacudones… Mientras esto ocurre, el texto nos dice: “pero él dormía”.

¿Cómo alguien puede dormir así?

Algunos afirman que el sueño profundo se debe a la actividad formidable desarrollada en su ministerio… puede ser. Quizás podamos añadir algo más:

1.- La paz de saber que todo está bajo el gobierno de Dios. Nada de lo que ocurre a mi alrededor está fuera de su control. Aún lo malo, tiene que ser autorizado. Si algo nos enseña la historia de Job, es que el coludo no puede hacer nada sin autorización. Todo está bajo control. 

2.- La seguridad de conocer que en su vida hay poder, potencia en él para enfrentar cualquier situación. “He aquí os doy autoridad”, dijo Jesús a sus discípulos y por extensión a mí…. Tengo autoridad, potencia para enfrentar cualquier tormenta que se desate contra mi barca, mi vida. 

3.- La confianza de saber que su hora no terminaba en una barca, sino en una cruz. Suele decir que: “Si esta lluvia me moja, revoleo el poncho”, mi vida no va a terminar en una barca, mi vida va a terminar en el propósito de Dios… Tengo un día y una hora y no va a ser este problema el que lo determine… tengo propósito aún en mí para cumplir.

Estos días son de tormentas, diversos vientos se disputan el turno para sacudir la barca… ¿podré dormir? ¿podré dormir como Jesús? Siempre le pedimos a Jesús que guarde nuestro sueño, deberíamos también pedirle que nos enseñe a dormir!!! 

Hoy es un día para pedirle un lugarcito a Jesús, para acurrucarnos al lado de él, para dormirnos apoyados en su pecho, para descansar. Mi oración es que aunque la tormenta ruja fuerte, los ronquidos de Dios sean más potentes, porque si oigo su descanso, no oiré las amenazas del infierno. Dicen que un bebé se duerme sobre el pecho de su madre, porque la frecuencia cardiaca es el sonido que reconoce y que le dice: Todo está bien. 

Señor, déjame oírte durmiendo, para que yo pueda descansar ante esta tormenta que se ha levantado tan amenazante. Tu estás en control, me has empoderado, mi barca no se va a hundir. Te amo, gracias.

Pr. Daniel Cattaneo

Pr Daniel Cattaneo

 Soy Daniel Cattaneo, Pastor principal de Iglesia Redentor, Apóstol, Conferencista Internacional. Te invito a mi blog para que puedas ser bendecido con la palabra de Dios, por medio de los devocionales que comparto. Dios te bendice!

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