Durante mucho tiempo, en mi adolescencia, discutía con gente que me decía que  “la creencia en Dios es el invento de seres débiles que conciben un Dios porque no pueden vivir sin esa fe”. Recuerdo enojarme y querer objetar sus posiciones, pero un día deje de discutir, admití que soy débil, no puedo vivir sin El, y soy tan débil que hasta creo que El me creó!!!

Ef 1:4 … según nos escogió en Él antes de la fundación del mundo, para que fuéramos santos y sin mancha delante de Él.

Nos escogió en Él… La manera en que Dios vio la utilidad de mi vida fue “en Cristo”. Mi vida carece de valor por si sola, cuando veo a mi alrededor encuentro millones de personas que son mejores, a mi criterio, que yo. Personas más preparadas, más “buenas”, más despiertas. Conozco muy bien este trozo de barro y se que no soy gran cosa. Coincido con Pablo cuando le dijo a los corintios:

1 Co 1:26 Pues considerad, hermanos, vuestro llamamiento; no hubo muchos sabios conforme a la carne, ni muchos poderosos, ni muchos nobles; 27 sino que Dios ha escogido lo necio del mundo,…

Debo ser corintio, porque me encuentro descripto en ese versículo… Sin embargo, Dios me miró, allá en la eternidad y me consideró “en Cristo” y ahí la cosa cambia. En Cristo soy nueva criatura, y de alguna manera, esa debilidad permite que Dios se haga fuerte en mí. En Cristo me llena su fe y soy capaz de creer cosas que muchos de los mortales desconfían, puedo animarme a pararme y fijar Su posición ante un océano de voces contrarias, arrodillarme y llorar dependiente de Su poder. En Cristo me vuelvo como un niño y lo único que me interesa es agradar a mi Padre, confiar en mi Padre, mirar a mi Padre. Ese soy “en Cristo”.

Anoche nos hacíamos una pregunta con los hombres con quien habitualmente nos juntamos todas las semanas para orar y es: ¿Por qué si soy consciente de mi incapacidad y de mi dependencia de Cristo, hay veces que actúo de manera independiente, superada? No hay una respuesta lógica y coincidimos que muchas veces actuamos con soberbia, creyéndonos más de lo que somos al declararnos suficientemente experimentados y capaces para prescindir de El. 

Jesús dijo: “Separados de mí, nada podéis hacer”. Obviamente nada bueno, porque separado de El, yo haga cada macana…!!! La base de mi utilidad y bendición para mi esposa, para mis hijos, para mis hermanos, para la sociedad es que yo este apegado a El. Separado de El, me vuelvo un elemento común, a veces nocivo, intrascendente… Si soy alguien de bendición para alguien eso se debe a que fui escogido “en El”. 

Tengo un pastor amado, Victor Rodriguez, quien cuando lo saludo y le pregunto: ¿Cómo estás Victor? El me sonríe y me dice: “En Cristo” ¿cómo voy a estar? Bien, muy bien.

Confieso que la primera vez me quede mirándolo… pero después entendí… Tiene razón, Si estoy “en Cristo”, ¿cómo voy a estar? Bien, muy bien. No hay otra respuesta. 

Esta mañana me levanté temprano y quiero empezar el día bien, quiero decirle: Señor, soy tu siervo. Este día es un día en quiero hacer tu voluntad, no la mía. Quiero servir a tus propósitos, no a mis planes y quiero hacer una diferencia… Ayúdame a vivir este día “en Ti”, siendo la mejor versión de mi mismo, para que vos estés contento conmigo, los que me rodean estén bendecidos conmigo y yo esté feliz, porque para mí “el acercarme a Dios es el bien.” (Sal 73:28)