Ayer jugo Boca y lamentablemente ganó. (no me voy a meter en ese tema) Sin embargo una frase del “gringo” Heinze me llamo la atención: "El honesto lucha con muy pocas armas contra los poderosos"

Saliendo de lo deportivo, a veces ante una labor gigantesca solemos pensar en si podremos lograrlo. Nehemías es un ejemplo para mí. 

Nhm 2:20 Y yo les respondí, y les dije: El Dios del cielo nos dará éxito;

Sin lugar a dudas este es un grito de Fe. El Dios del cielo nos dará éxito. La palabra que se traduce éxito es Tsalákj. Empujar hacia adelante, en varios sentidos. 

Nehemías tiene una absoluta confianza en Dios. “el Dios de los cielos nos prosperará” o como dice esta versiones “nos dará éxito”. El no dijo “tal vez nos prosperará” o “si es la voluntad de Dios tendremos éxito”. No. Su confianza en Dios fue absoluta.

No es un grito voluntarista… de un tipo con buenas intenciones…  

Mi pregunta es: ¿Por qué va a ser distinto contigo, Nehemías? Si hace 50 años que nadie hace nada en Jerusalén… ha pasado una generación, hay templo, pero no hay muro. Es decir la vida religiosa está establecida, pero no hay paz social, cualquiera puede saquear, puede entrar y salir…. Ya no hemos acostumbrado a las ruinas, hemos nacido entre ruinas y hemos vivido entre ruinas, porque debemos creer que va a ser diferente…

Es que el grito de Nehemías proviene de un hombre que tiene una visión, “Vosotros veis la mala situación en que estamos, que Jerusalén está desolada y sus puertas quemadas a fuego. Venid, reedifiquemos la muralla de Jerusalén para que ya no seamos un oprobio.” (vs 17)

Sin visión el pueblo perece, dice Salomón. Hay una visión, Dios nos ha dado una palabra. Los grupos políticos quieren encerrar a la iglesia en el ámbito religioso, pero Dios nos ha dado una visión social. No podemos adorar libremente a Dios si los muros (las defensas) de nuestra ciudades están derribadas y las puertas (lugares de admisión) están quemados. Hemos asistido a finales del pasado siglo e inicio de este a un incendio, incendio que esta buscando borrar limites y avasallar principios sobre los cuales hemos solventado nuestra sociedad. Los valores de la vida, la familia, el individuo han sido desdibujados y hoy asistimos a una melangee donde no hay nada, solo indefinición y una transitoriedad pasmosa. 

Esta semana una niña de 5 años ha sido autorizada a cambiar de genero, su “lucha” comenzó cuando tenía 2 años… Y ahora… tenemos el niño trans más joven del país… 

En Rio Negro se está juzgando a un medico por salvar la vida de la madre y del niño. Un nuevo pensamiento se queja… ¿Por que el medico no mató al niño? Y la justicia da lugar a la queja… ¿No debería el poder judicial ser juzgado por apología al delito? Porque hasta donde yo sé, matar es un delito… 

Haríamos bien en llorar y hacer duelo, como Nehemías, porque “El remanente, los que sobrevivieron a la cautividad allí en la provincia, están en gran aflicción y oprobio, y la muralla de Jerusalén está derribada y sus puertas quemadas a fuego.” (1:3)

Sin embargo, tenemos una visión… hay fundamentos de reponer, ladrillos que alzar y puertas que reconstruir, a los fines de sacudirnos el oprobio. 

Hace unos días, me compartieron una foto de San Lorenzo tomada desde un avión, allí veía mi ciudad… clara, nítida y el Espíritu me susurró: “Ciudad deseada” y me sonreí… Fue en el final de la década Menemista, cuando el aparato productivo estaba detenido, cuando San Lorenzo era un desierto por el párate económico, que Dios nos dijo que trabajáramos a favor del futuro de nuestra ciudad, que se iba a convertir en una ciudad que la gente deseara vivir y trabajar. Veinte años después San Lorenzo es un punto de pujanza, con crecimiento, expansión… 

Porque tenemos una visión, es que tendremos éxito, porque esta visión, (progresistas tapen sus oídos para no infartarse), es de Dios y El ha planeado el bien para Argentina. Nosotros tendremos éxito, Dios nos empujará hacia adelante… no será fácil, no será instantáneo, pero veremos, como Nehemías, el muro levantado y las puertas reparadas. 

Hoy es un día para levantarse y gritar a voz de cuello: Nosotros tendremos éxito, Dios nos prosperará, porque la batalla no es nuestra es de Dios y El salva con muchos o con pocos. Nuestro grito hoy disipa el desaliento de la prepotencia de los fuertes y renueva nuestras fuerzas para creer que veremos nuestro sueño plasmarse en las calles de nuestra Argentina.