Luc 1:11 Y se le apareció un ángel del Señor puesto en pie a la derecha del altar del incienso.

El trabajo que está haciendo Zacarías es un trabajo menor, no es el sumo sacerdote  entrando en el lugar santísimo, solo es un sacerdote llevando incienso y ofreciéndolo delante de Dios, en uno de los cuatro encuentros de oración de Israel. Ese día, es un día como otros, se echa suerte, (piedra, papel o tijera o tal vez, la perinola o quizás solo el palito más corto… en fin se hace un sorteo) y le toca a Zacarías hacer el trabajo.

Pero lo que es un día cualquiera se convierte en un día extraordinario… porque es el día de la recompensa, el día de la contestación, el día soñado.  Allí al lado del altar, hay un ángel que le trae la noticia que Dios le va a conceder un hijo. Después vendrá la mudez, el embarazo de Elisabeth, la visita de María, el niño saltando en el vientre, el nacimiento, la presentación del bebé y la profecía del padre… pero el día de la historia, se convierte en uno de cientos de días extraordinarios que van a ocurrir en su vida a partir de un día ordinario. 

Hasta lo que sabemos Elizabeth y su esposo no han hecho grandes cosas solo que son justos…

Luc 1:6 Ambos eran justos delante de Dios, y andaban irreprensibles en todos los mandamientos y ordenanzas del Señor.

Esto sin embargo, parece ser lo que motivó que un día ordinario se convirtiera en un día extraordinario. 

Lo que el Espíritu me dice es que la sucesión de días ordinarios habilita al cielo a traer un día extraordinario que hará de tu vida una vida singular. Mi enfoque no debe estar en que un ángel me visite, sino en ser fiel en el día a día, aún haciendo trabajos menores, aún cuando me elijan tirando los dados, siendo uno más del montón, pero sabiendo que Dios está observando.

2 Cr 16:9ª “…los ojos de Jehová contemplan toda la tierra, para mostrar su poder a favor de los que tienen corazón perfecto para con él….”

¿Hoy será el día extraordinario? No lo sé, pero tal vez, allí en tratar de solucionarle algo a alguien, preocupándote por lo que no es tu problema, presentando la oración de una multitud que ha venido a ti… tal vez, allí, parado al lado de tu altar… de tu cama, de tu mesa de la cocina… quizás ahí este un ángel que te venga a decir del cielo que ese día ordinario Dios lo convierte en extraordinario porque hay un Dios que mira la rutina de fidelidad y que la paga llamando a la existencia algo que durante años ha sido solo un deseo de nuestro corazón.

Asíi que hoy puede ser un día extraordinario…. Y sino… mañana nos volvemos a encontrar al pie del altar. Dios te bendice.