“ …y fue manifestado a Faraón el linaje de José.” (Hechos 7:13b)

A Faraón le dijeron que José era hebreo (Gn 41:12), pero no le importó en ese momento y por nueve años nada se dijo del tema. Ahora ante la presentación ante sus hermanos Faraón se entera que su hombre de confianza es hebreo, es hijo de Jacob, que sus hermanos son esos zaparrastrosos que están comprando trigo y se le revela el linaje de su primer ministro. Parece ser que José ha mantenido los detalles de su llegada a Egipto en reserva y ahora el velo se descorre y todos saben bajo que circunstancia aquel muchachito emprendió el viaje a su destino. El Faraón sorprendido por todo esto, alentado por el afecto que le tiene a José, le abre las puertas a Jacob y a los patriarcas y entran 70 en Egipto… este será el vientre que gestará la nación hebrea. Como todo parto no carecerá de dolor, pero 430 años emergerá de esta tierra el pueblo de Israel. 

Cuando leía esta mañana el pasaje me sorprendió que Faraón no haya sabido el linaje de José… hay muchos “faraones” que no saben el linaje de su gente de confianza y es tiempo que sepan que los cristianos estamos diseminados en todas partes, en las empresas, en las oficinas gubernamentales, en los servicios públicos… somos miles y miles… nominales y practicantes, gente que hemos tenido una experiencia de fe y que creemos en Jesús como nuestro Señor. A menudo me encuentro con personas que me dicen por lo bajo… “yo también creo en Dios”. Jesús tenía de esta gente… José de Arimatea era uno de ellos, Nicodemo también… personas que aún no han revelado su linaje… pero que viene el tiempo en que manifiesten en que creen. 

Este tiempo de puja parlamentaria, donde algunos diputados presentaron el proyecto de ley de interrupción legal del embarazo (ILE) ha hecho que los legisladores restantes revelaran su linaje… durante mucho tiempo los eufemismos fueron la respuesta de nuestra clase política… pero ya no… tarde o temprano se revela tu linaje. 

 La prueba es un gran revelador también de cual es tu linaje… así funcionó en la familia de Job, mientras éste, cargando con la peor parte mantuvo la integridad, su mujer, se manifestó como incrédula total. 

Aunque no parezca la prosperidad también evidencia tu linaje… porque bastó una ofrenda para dejar bien en claro que Ananías y Safira, adherían solo superficialmente al liderazgo apostólico. 

En estos días de manifestación en las calles algo está ocurriendo… algo muy bueno viene… la iglesia le está perdiendo el miedo a decir quién es… y eso hará ruido en la casa de Faraón. 

Viene el tiempo de la manifestación de nuestro linaje… algunos seremos conocidos por ser del linaje santo otros despejaran dudas y se sabrá que son “lobos con piel de oveja” y que son del “maligno”.

Allí en el seno de los doce había uno que era “diablo”, Pablo descubrió que Demas no era quien decía ser y Pedro que Simón el mago era un infiltrado. Sin embargo, también la manifestación de José trajo un nuevo escenario para el pueblo de Dios, la manifestación de Daniel abrió el camino para el retorno de Israel a la tierra y la manifestación de Juan el bautista trajo al mundo el ministerio de Jesús. 

Es por eso quizás que Pablo dice que: 

“… el anhelo ardiente de la creación es el aguardar la manifestación de los hijos de Dios.” (Ro 8:19)

Algo ocurre cuando se manifiesta quienes somos. Hoy es un día para manifestar que somos creyentes en la calle, en el supermercado, en la fabrica, en el despacho gubernamental, en cada lugar donde nos movemos… esto hará ruido, muchos se quejarán… pero miles se alegrarán, porque la manifestación de tu linaje abre puertas de salvación para toda tu descendencia… aguardamos que lo hagas. Adelante.