Esta mañana al bajarme encontré que había un almohadón en la escalera… quite el almohadón y abajo había una silla!!! ¿Qué había pasado? Kalesi, la perra de Damaris anoche durmió adentro por los truenos y relámpagos y aunque asustada quería atrapar a la gata, Josefina. Así que Damaris levantó una “línea Maginot”, para impedir que Kalesi alcanzara a su presa. Es verdad esa expresión de que se llevan como perro y gato… hay una lucha entre simientes. 

Porque está escrito que Abraham tuvo dos hijos; uno de la esclava, el otro de la libre…Pero como entonces el que había nacido según la carne perseguía al que había nacido según el Espíritu, así también ahora. Gn 4: 22 y 29

Pablo centra su mirada en la vida de Abraham y ve en ella una alegoría. Abraham tuvo dos hijos, sin contar el nacido con Cetura. Los dos son el resultado de su vida… uno el resultado de una noche de pasión y el otro el resultado de una vida de relación. En estos días estoy meditando en qué: “Resultados, frutos, originados en una vida sin relación raramente producirán cambios significativos”. Así fue con los hijos nacidos de Lea y sus otras dos concubinas, aunque profusos, eran muchachos que le trajeron solo dolor de cabezas a Jacob. 

“e informaba José a su padre la mala fama de ellos.” Gn 37:2b

Resultados sin relación, aunque impresionen solo traen mala fama. Lo curioso es que, además,  se produce un antagonismo “per se”, entre las dos simientes… dice la Biblia que los hermanos aborrecieron a José. Porque José era el resultado de una relación de amor. Eso mismo ya había ocurrido entre Ismael e Isaac. Ismael era un resultado sin relación, Isaac era resultado de una relación. Dice Pablo que aquello que se concibe en la carne, batalla contra lo que es concebido según el Espíritu. 

He visto que gente que tiene resultados pero esto se vuelve su ruina o por lo menos no trae ningún efecto bienhechor a su existencia y a su entorno. Son resultados que no nacen en el corazón de Dios, usan los principios divinos pero son resultados de la carne, de la inteligencia humana, de la simpatías que se despiertan, de los contactos que se hacen. Son resultados, a veces impresionantes, que aunque tengan apariencia de piedad, sus actos niegan la eficacia de esta. Encima se vuelven en perseguidores de aquellos que tienen resultados tomados de la mano de Dios. Hay un antagonismo ancestral entre las dos simientes, como si fueran perros y gatos, Kalesi y Josefina. 

¿A que simiente pertenece lo que estoy haciendo? ¿Está surgiendo de mi encuentro con Dios en las mañanas? Hoy oraba por un proyecto, pidiéndole a Dios que no me deje equivocar. Pedía por un hermano que van a intervenir, pidiendo un milagro que evite esa intervención. Oraba por un amigo, su familia y su negocio. Oraba por un hermano que está luchando contra la angustia… Esa relación con Dios me ayuda a mantenerme tranquilo de que los resultados, magros pero constantes, nacen de esa interacción entre El y yo. 

Tengo mis "Kalesis" que me quieren comer… pero eso no me angustia, lo que me angustia es aquellas "Kalesis" que he gestado yo mismo. Lo que no quiero es gestar frutos que solo sean eso, resultados que no aporten bendición en mi vida, que se levanten contra lo bueno, agradable y perfecto que Dios quiere hacer en mí. 

Al empezar este día, al “reincorporarme” después de unas semanas de estar lejos, cuando venga la tropilla de asuntos pendientes deberé tener cuidado… no vaya a ser cosa que decida en la carne y aunque de resultados, mañana se me vuelva en contra. 

Señor, déjame dar frutos que provengan de mi encuentro con tu corazón. Guárdame de los resultados fruto de mi humanidad, no permitas que la posibilidad de ganar haga que pierda la bendición de hacer lo correcto. Cuídame de mi naturaleza que quiere siempre triunfar y ayúdame a buscar primeramente el reino de Dios y su justicia. Amén.