Ayer un hermano que me transportaba en su auto me comentó su ocupación, él siembra arroz. Interesado en su trabajo me mostró unos videos en donde en su finca de 40 has. realizaba la siembra. Me asombró ver que la siembra era al voleo, en parcelas completamente inundadas. Vi como la gente caminaba en medio de grandes extensiones de agua y tiraba el puñado de grano y como este se hundía irremediablemente. En el video me llamó la atención que después de sembrar parecía que no había pasado nada… que el agua se había tragado la siembra.

 

Sal 73:13 Verdaderamente en vano he limpiado mi corazón,

Y lavado mis manos en inocencia;

14 Pues he sido azotado todo el día,

Y castigado todas las mañanas.

 

El salmista esta contemplando la vida de la gente que no conoce a Dios y ve que ellos sin preocuparse de agradar al Creador aparentemente viven mejor que aquellos que guardan una vida de rectitud. 

 

3 Porque tuve envidia de los arrogantes,

Viendo la prosperidad de los impíos.

4 Porque no tienen congojas por su muerte,

Pues su vigor está entero.

5 No pasan trabajos como los otros mortales,

Ni son azotados como los demás hombres.

6 Por tanto, la soberbia los corona;

Se cubren de vestido de violencia.

7 Los ojos se les saltan de gordura;

Logran con creces los antojos del corazón.

8 Se mofan y hablan con maldad de hacer violencia;

Hablan con altanería.

9 Ponen su boca contra el cielo,

Y su lengua pasea la tierra.

 

¿Lo ha pensado alguna vez?

¿Cuál es el beneficio de no colgarse de la luz? Su boleta tiene un valor superior al de aquel que paga un monto irrisorio por haber trampeado el medidor. Cuando usted habla con ellos, ellos se rien y usted se siente un tonto… 

¿Cuál es el beneficio de vivir una vida de temor? Ud no solo trabaja para Dios sino que aparte  se esmera en ser fiel esposo, buen padre, irreprochable creyente, cuidadoso en sus diezmos, comprometido trabajador y a su lado un sátrapa hace cualquier cosa con su vida familiar,  con su servicio, con su trabajo… llamado igualmente que usted siervo de Dios… 

 

Asaf, el autor del salmo, está en una crisis de fe, vale la pena sembrar en el agua, arrojar el arroz de lo correcto en esas inmensas superficies ignoradas… parece que todo queda igual después que yo paso con mi vida por esos lugares.

Favio, el hermano que me mostraba sus campos de siembra, siguió enseñándome de su actividad y me mostró otro video, un video de tres meses después, donde aparece un campo verde… y me dijo: Es el mismo campo. Le pregunte si había drenado el agua y me compartió que el agua estaba tapado por las miles plantas de arroz… ahí abajo aún estaba el agua, pero la siembra había superado la inundación y había emergido del fangal, dando una cosecha increíble.

Me quedé pensando que muchas semillas que pensamos perdidas solamente no han emergido, pero que vale la pena hacer lo correcto. Que no podemos permitir que la aparente prosperidad del malo nos haga dudar de que hacer lo bueno sigue siendo lo correcto. Lo mismo le paso al salmista:

 

17 Hasta que entrando en el santuario de Dios,

Comprendí el fin de ellos.

18 Ciertamente los has puesto en deslizaderos;

En asolamientos los harás caer.

19 !!Cómo han sido asolados de repente!

Perecieron, se consumieron de terrores.

20 Como sueño del que despierta,

Así, Señor, cuando despertares, menospreciarás su apariencia.

 

Hay cosecha para aquellos que sembramos lo correcto. Esa semilla de fidelidad a tu iglesia, esa semilla de fidelidad a tu conyugue, esa semilla de honradez en tu trabajo, esa semilla de prudencia ante la critica, esa semilla de amor ante la ofensa… esta dando resultado aunque no lo veas. Un día el brote verde emergerá del pantano y entonces tu vida se llenará de una cosecha increíble, tendrás millones de granos que recompensarán tu siembra abnegada. El campo del infiel, del holgazán, del criticón, del violento seguirá siendo un pantano de barro, pero tu campo será un campo verde. Al menos así lo dice mi hermano Favio y lo confirma el Salmo 73… Nada es en vano cuando sembramos de acuerdo al consejo de Dios!!!

 

Señor, no permitas que el aparente éxito de la vida sin temor del malo haga que detenga mi mano de sembrar lo bueno. Quiero seguir sembrando lo correcto, a su tiempo cosecharé si no desmayo. Amén.