Quizás el primer converso que toda revolución necesita, la persona más difícil de cambiar e imprescindible para todo proceso de cambio no sea otro que el mismo líder del cambio. Es por eso que Dios antes que Josué se mueva un milímetro le marca áreas de trabajo personal. Nada cambia si uno no cambia.

Si queremos producir cambios uno de los requisitos que Dios nos impone y le exige a Josué  es que su mente se rinda a la revelación, no a la realidad. 

 

Jos 1:6 »Sé fuerte y valiente, porque tú harás que este pueblo herede la tierra que les prometí a sus antepasados.

 

En su libro “Los 7 hábitos de la gente altamente efectiva”, Steven R. Covey define dos tipos de mente: la mente proactiva y la mente reactiva. La primera trabaja sobre los asuntos sobre los que tiene influencia. Una persona que tenga una mente proactiva sabe ver las oportunidades, y eso hace que pueda infundir un clima positivo en otros. 

 

A menudo me encuentro con gente que me dice: 

- “Acá hay un problema que quizás no viste”. 

Créame, lo he visto, pero intencionalmente me he concentrado en lo positivo, no en el problema. 

 

Aunque Josué no tiene todo resuelto y hay muchas cosas que desconoce, conoce la dirección hacía donde Dios lo quiere y va hacia allá. 

 

10 Entonces Josué dio la siguiente orden a los jefes del pueblo: 11«Vayan por todo el campamento y díganle al pueblo que prepare provisiones, porque dentro de tres días cruzará el río Jordán para tomar posesión del territorio que Dios el Señor le da como herencia». Provoca el cambio, no espere que el cambio te provoque.

 

Actúe conforme a lo que Dios le dice, no a lo que la realidad le dicta. El mundo está lleno de realistas, Dios busca gente que le crea. Si Josué se paraba a analizar su posición en un pueblo que ha perdido un liderazgo monumental, que los últimos 40 años ha vagado en un desierto, que debe trasponer una gran barrera natural, que debe enfrentar naciones establecidas,  que Israel no tiene poderío militar, que el dólar subió, la nafta aumentó, que los gobernantes son anti iglesia, que los medios de comunicación son negadores ante la fe… etc… 

Todas realidades… pero Dios dijo: “tú harás que este pueblo herede la tierra que les prometí a sus antepasados.” Entonces: Provoco el movimiento, porque me muevo por revelación, no por información. 

Esta es mi oportunidad. Voy a hacer que las cosas pasen, no que me pasen las cosas. 

Hay una oportunidad en este tiempo para aquellos que creemos en Dios. En un año de Nuevos Frutos, Dios está esperando que dejemos de esperar el momento perfecto y nos adelantemos viendo la oportunidad… 

 

Ec 11:4 El que al viento observa, no sembrará; y el que mira a las nubes, no segará.

 

O dicho de otra manera:

 

Ec 11:4 (PDT) Esperar el clima perfecto nunca permitirá la siembra; y creer que lloverá todo el tiempo impedirá que se recojan las cosechas.

 

Ser capaz de provocar el cambio evitará que dejemos de estar permanentemente siendo provocados por los cambios. Josué ese día supo que debía ser proactivo. 

 

Hoy es un día para abrazar el cambio… no permitas que el cambio te caiga encima, hay una oportunidad lista para vos y para mi. 

 

Señor, ayúdame en este día a aprovechar este día para realizar un cambio provechoso para mí y mi familia. Amén.